POR LA UNIDAD DE LOS TRABAJADORES EN LA CTA

Somos cofundadores de la Germán Abdala y como tal, junto a la Agustín Tosco, protagonistas del proceso fundacional de la Central de Trabajadores de la Argentina.
Estamos orgullosos de ser parte de esa historia, del mismo modo que nos sentimos orgullosos de militar cotidianamente para reafirmar la vigencia de esta Central que sigue creciendo.
Pero ello no nos otorga más derechos, sino más obligaciones. A esta altura de su historia estamos convencidos que los únicos dueños de la CTA son los trabajadores.
El esfuerzo militante del conjunto ha hecho posible alcanzar un grado de madurez organizativa que nos permitió superar la etapa en que la CTA podía ser vista como parte del patrimonio de una sola organización o dependiente de un liderazgo personal.
Aquello fue un necesario capitulo del tránsito a esta CTA que creció también en el plano político, constituyéndose en una referencia insoslayable de la clase trabajadora identificada con la construcción de un nuevo modelo sindical, apoyado en dos sólidos pilares: por un lado la Democracia y la Libertad Sindical, por el otro, la autonomía y el pluralismo que permitió expresar dentro del mismo espacio organizativo, la diversa gama de expresiones que forman parte de la tradición política de nuestra central, en la que confluyen con todos sus matices y contradicciones esas dos grandes vertientes que conforman nuestra cultura política mayoritaria. La de los precursores anarco-sindicalistas, socialistas y comunistas y la que después se expresó en la potencia del 17 de octubre, la resistencia Peronista, la CGT de los Argentinos, la resistencia a la dictadura, la lucha por la Democracia y en las luchas contra las políticas neoliberales en los 90.
Esa diversidad y multiplicidad de matices, enriquecida más recientemente con la militancia de los Movimientos sociales, como parte sustancial de la nueva estructura del movimiento de los trabajadores que incluye a desempleados, cooperativistas, compañeros de empresas recuperadas, etc. , es lo que explica nuestra fortaleza y es lo que nosotros creemos firmemente se debe preservar, porque esa es la materia que compone lo que denominamos el campo popular.
Fortalecer nuestra central y darle direccionalidad política en el sentido de la unidad de la clase trabajadora, es imprescindible para hacerse cargo de las tareas que convaliden y profundicen el proceso de transformaciones que los pueblos venimos produciendo desde hace casi diez años en América Latina.
La Central viene en un proceso de crecimiento no solo en el numero de afiliados y de organizaciones, sino también en términos de protagonismo político y en la capacidad de determinar la agenda social que se discute en nuestro país. Esto se sustenta en un proceso de maduración que nos ha permitido construir sobre la base de la democracia interna, los pilares de una organización comprometida con los intereses de la clase trabajadora, que desde la practica de la autonomía y el pluralismo, puede cobijar en su seno diferentes visiones y expresiones que tiene el movimiento obrero acerca de la realidad de nuestro país. Esto no se hubiese podido lograr con una visión uniforme de la realidad, ni mucho menos pretendiendo disciplinar el pensamiento del conjunto de los que integramos la CTA, detrás de un discurso único para reducirla a ser un engranaje más, de un frente opositor en el que muchas veces los intereses de los trabajadores se confunden con los intereses de los grupos dominantes.
De no ser así se produciría un estancamiento respecto de lo que ha sido el papel desempeñado en la última etapa, en la que logramos instalar la presencia de la CTA como expresión viva, capaz de sostener los intereses de los trabajadores en temas como el del blindaje social, el modelo sindical o la disputa de políticas públicas, como las que se concretaron, después de muchos años de lucha, con los avances en el terreno de los derechos humanos, la asignación universal por hijo, la reestatización de empresas públicas o la recuperación del sistema jubilatorio.

Desde esta comprensión del valor del pluralismo nos pronunciamos a favor de que en las próximas elecciones de nuestra Central podamos alcanzar la concreción de una lista unitaria que exprese el grado más amplio de unidad de lo que fue el originario proyecto político - sindical de la Germán Abdala. Sin aceptar ningún tipo imposición ni condicionamientos.

Queremos la unidad sin exclusiones ni proscripciones de ninguna índole .

Queremos profundizar estos debates entre los compañeros/as para lo cual es imprescindible realizar los congresos provinciales previos al Congreso Nacional.

Queremos una unidad que nos fortalezca y no una uniformidad monocorde que nos lleve a una CTA que deje de ser la expresión del conjunto de quienes forman parte de ella.

MÁS DEMOCRACIA, MÁS PLURALISMO, MÁS UNIDAD EN LA LUCHA, PARA QUE LA CTA SIGA SIENDO DE LOS TRABAJADORES

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